En la práctica del Taiji
Qigong el practicante aprende a usar la mente para dirigir el Qi, obteniendo
así, entre otros, el beneficio de poder reequilibrar el deterioro que por la
edad y la enfermedad puedan aparecer en la persona. Los conceptos que te
presento a continuación te ayudarán a ello.
Atenderás a la regulación del cuerpo, la respiración y la mente, el tiempo necesario
hasta que tu mente, ya entrenada, mantenga la atención de forma armónica. En
este momento podrás sentir el Qi o Chi (energía universal / bioelectricidad) y
tu Yi (mente) podrá dirigir este de forma suave y fácil.
La práctica del
ejercicio provee de una sensación interna que constituye uno de los aspectos más
importantes que se pueden percibir. La práctica de los movimientos con
paciencia y la comprensión de la teoría, te ayudarán a acumular experiencia y
una profunda sensibilidad. Aquí habrás captado la esencia del entrenamiento. Podemos
decir que la teoría es el lado Yin y la práctica el lado Yang del conocimiento
del Taiji Qigong. Si el Yin y el Yang crecen juntos llegarás a la esencia de la
práctica.
Tu entrenamiento debe
realizarse alejado de comidas copiosas o de necesidad de saciarte. Así la mejor
hora será antes del amanecer, mientras que la práctica vespertina te aportará
relajación antes de dormir. El calentamiento es esencial para llevar a tu
cuerpo a un estado meditativo desde donde podrás sentir y dirigir el Qi.
Ayudará a todo esto mantener unas pautas de vida saludable alejadas de excesos.
La meta final del Taiji Qigon es ser natural. La práctica en las diferentes regulaciones debes realizarla hasta que las mismas aparezcan de forma natural, automática, etapa de “regular sin regulación”. Desde la relajación y la comodidad tu práctica será efectiva. Para los principiantes la primera regulación será la del cuerpo hasta sentirlo cómodo y relajado, continuando después con las regulaciones siguientes.
Tiao Shen. Regulación del cuerpo.
Ajustar el
cuerpo a la sensación de relajación, centrado, equilibrado y arraigado. Los
movimientos deben coordinarse con el movimiento del torso, moviendo así el
cuerpo con suavidad y coherencia, como una unidad. Es el proceso más básico e
importante en el entrenamiento. En este nivel la circulación del Qi no estará congestionada y podrá ser dirigido.
Tiao Xi. Regulación de la respiración.
Al aprender a
regular tu respiración podrás dirigir el Qi en tu cuerpo. La respiración podrá
ser:
Respiración
abdominal normal: Dirige la energía a
través de los canales principales. Aporta relajación física y mental.
Respiración
abdominal invertida: Se le concede mayor
importancia ya que permite dirigir la energía hacia la superficie de la piel y
la médula ósea. Aquí es importante la coordinación con el movimiento de la
cavidad Huiyin, en relación al periné.
Tiao Xin.
Regulación de la mente.
Llegará desde el
enfoque de tu mente y tu atención al cuerpo, necesaria para la regulación del Qi.
Es primordial aprender a contener la mente emocional desde el sosiego y la
tranquilidad y que puedas concentrarte para que el Yi dirija el Qi.
Tiao Qi.
Regulación del Qi.
En primer lugar
debes aprender a hacer circular el Qi en el cuerpo sin congestiones. Para ello
tu concentración debe permanecer en la circulación del Qi, sin rigidez corporal
y con la finalidad de dirigir el Qi hacia tu cabeza para nutrir tu cerebro y
llenar tu espíritu de vitalidad. El cerebro es el centro de tu ser, si funciona
eficientemente tendrás buena salud y llenarás tu espíritu de vitalidad,
fundamental para disfrutar de longevidad. Aparece la sensación de ligereza
física.
Tiao Shen.
Regulación del espíritu.
Con la sensación de ligereza y la capacidad de poder sentir el estado Yin y Yang corporal y su ajuste hasta el estado de Wuji. Desde este estado podrás conectar tu espíritu a su origen, el Qi se unificará con el de la naturaleza, haciéndote uno con ella. Esta es la meta final del estado de Buda o iluminación.
